Sobre las Brigantinas

Se han menospreciado las brigantinas en el mundo del cine, nos hacen verlas como armaduras de cuero fáciles de atravesar con lanzas, flechas y espadas. Se las contempla como chalecos de cuero adornados con remaches, en realidad los remaches servían para sujetar placas de hierro por dentro, ya fueran discos, plaquetas rectangulares o incluso grandes placas de gran capacidad defensiva.

Una brigantina de launas de hierro superpuestas, era capaz de detener una flecha con relativa facilidad. Habían incluso brigantinas a prueba de ballestas, pues por dentro solían tener placas de hierro superpuestas muy gruesas, ofreciendo una protección similar a una coraza batida de gran calidad, a un precio mucho mas asequible.

Los diferentes niveles de protección de las brigantinas se medían con pruebas de calidad realizadas por el fabricante. Llamaban brigantina a media prueba, a las que soportaban el ataque de una ballesta de carga por palanca. Si aguantaban el virote de una ballesta de carga mediante torno, las llamaban a toda prueba.
Las había sin embargo de calidades inferiores, los jacos de piquero eran brigantinas cuyas launas no estaban remachadas sino cosidas. Eran mas fáciles de reparar y de costes inferiores, lo cual permitía equipar a un contingente aun menor coste.

Por lo general, las brigantinas solían ser blindaje multicapa, por fuera de cuero, por dentro guarnecidas por placas de hierro y acolchadas en su interior. En cierto modo eran el chaleco antibalas de la época.

Muy amenudo los soldados combinaban la brigantina con cotas de malla, obteniendo una gran protección. En muchas miniaturas de codices medievales se ve a los soldados ataviados con este tipos de armaduras, protegiendo la caja del cuerpo, muy amenudo añadían piezas de armadura que encontraban: hombreras, robilleras, brazales, etc.

Las brigantinas podían ser teñidas con los colores de los ejercitos en contienda, convirtiendose en un primitivo uniforme, que ayudaba a distinguir a los combatientes, ya en el siglo XIV y sobretodo en el XV, los ejércitos empezaban a ser muy grandes.

En muchas ilustraciones medievales, sobretodo de la guerra de los 100 años, se puede ver a los soldados de ambos bandos equipados con brigantinas, las cuales muestran simbolos distintivos. Los ingleses solían utilizar la cruz roja de San Jorge, mientras que los franceses utilizaban cruces blancas.

En pocas palabras, el mundo del cine no ha sabido reflejar lo útiles que eran estas armaduras, económicas para los soldados de a pie y que fueron utilizadas con notable éxito durante buena parte de la edad media y el renacimiento.

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